El programa de equipo de investigación ha silenciado, por tercera vez en La sexta, la voz de las vecinas y vecinos organizados en un esfuerzo unitario de los sectores 5 y 6 de Cañada real para conseguir después de 5 meses y 5 días: 1) luz ya, 2) contratos para todas, y 3) mesa de seguimiento. Después de un eficiente recorrido por la geografía de Cañada Real y la promoción para los próximos años de 300.000 viviendas en su periferia y cuando podía interpretarse cabalmente este volumen de datos por cientos de miles de espectadores, desaparecen del reportaje las imágenes y testimonios de los representantes de los vecinos, muy en particular la organización de mujeres magrebíes Tabadol que, superando todas las dificultades, constituyen el principal factor de dinamización, participación y expresión organizada de las más de 4000 personas afectadas de los sectores 5 y 6. La larga y cuidadosa filmación de los reporteros de la sexta el día de la concentración ante la asamblea de Madrid, que celebraba un pleno, desapareció como por encanto de dicho reportaje. (fecha de lo de la CAM)
La línea de demarcación entre amigos/enemigos de las justas reivindicaciones de Cañada Real consiste en visibilizar o, por el contrario, ocultar las palabras d sus legítimos representes y sus reivindicaciones. Las autoproclamadas mediaciones coinciden con Naturgy y la Comunidad de Madrid, responsables y culpables de los cortes de luz, coinciden en dicha ocultación. Existe una trama de complicidades entre el PP de Madrid, Naturgy y todas las entidades, autoridades, medios de comunicación y personas que cubren las vergüenzas de Naturgy y del PP.
El martes 9 de febrero, de 17 a 19 horas se va a producir una conferencia internacional acerca del grado de aplicación de los DDHH en materia de vivienda en el estado español con motivo de la elaboración, desde los movimientos sociales, de una propuesta para una ley de vivienda que impida el ninguneo de los acuerdos firmados por el estado español para garantizar, de manera efectiva, el derecho fundamental a una vivienda digna.
Agustín Morán
CAES